Por Aleydes Herrera
Queridos hermanos laicos dominicos de la Presentación:
Con esta frase: "trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna" que resalto en el numeral 3 de la carta apostólica PORTA FIDEI, les presento este mensaje de reflexión:
El Senor Jesús nos ha llamado a cada uno de nosotros por nuestro propio nombre, pata ser sus discípulos, con un gran compromiso de anunciarlo a los demás con nuestro ejemplo de vida. Este testimonio es permanente con nuestra familia, en el lugar de trabajo, con los amigos y las buenas obras, la caridad hacia los demás, gestos de solidaridad, apoyo espiritual, económico y el consuelo, todo esto lo hacemos no para que los demás nos vean, sino porque sentimos realmente que debemos estar siempre respondiendo a un gran compromiso que hicimos con Dios y con la Iglesia,
En este numeral nos recuerda su Santidad Benedicto XVI que debemos descubrir diariamente el gusto de alimentarnos con la palabra de Dios y el Pan de la Vida que se nos ofrece como sustento a todos los que somos sus discípulos.
El hombre de hoy a pesar de tantos ruidos que le rodean y oscuridades en las que en algunos momentos suele estar, puede sentir la necesidad de escuchar a Jesús, que su palabra toque su corazón, lo cambie, lo haga diferente ante los demás.
Saciarnos y degustar diariamente de su Palabra y creer en El, en Jesucristo, que es la obra de Dios, en su Amor, en su bondad, en su infinita misericordia y el único camino que siguiéndolo, tendremos siempre la salvación de modo definitivo. Es este el mensaje para todos nuestros hermanos bautizados en la fé
