Bienaventurada Marie Poussepin
Rostro de Dios, fundadora, apóstol de la caridad
Nació en Dourdan
(Francia) el 14 de octubre de 1653.
Su familia, de
profundos sentimientos cristianos, le aporta una fe a toda prueba; su ciudad
natal fue tenazmente fiel a la fe católica y la parroquia muy viva y animada
por un sacerdote modelo que influyó mucho en la primera parte de su vida.
En 1691, conoce al
padre dominico Francois Mespollié y esta experiencia marcará profundamente su
vida, este mismo año cuando ya deja organizado a su hermano Claudio, del cual
había quedado encargada a la muerte de su madre, en 1670, renuncia a los
negocios temporales para dedicarse a una vida de obras de caridad, vida
entregada enteramente a Dios para aliviar los sufrimientos del prójimo.
En 1696 funda la Congregación de
Hermanas de la Caridad
en Sainville, “para el servicio de la Iglesia, en la educación de la juventud y en la
atención y cuidado de los pobres enfermos, por el ejercicio de la caridad” en
este pueblo azotado por la guerra y la miseria en todas sus formas, muy
especialmente en la ignorancia, el hambre, la enfermedad, consecuencia de la
guerra.
Venció todas las
dificultades que se le presentaron en la realización de su proyecto, pues
estaba convencida que éste era, como ella decía, "la obra de la Providencia... la
obra de Dios que se ha valido de una criatura débil".
Murió en Sainville,
en 1744.
Un perfil humano y espiritual:
Algunos testimonio
de sus contemporáneos: “En Marie Poussepin admiraban que las dificultades no debilitaron
su fe, además su indulgencia con las culpables;, su dulzura incomparable, su
admirable caridad para con los pobres, su bondad para con sus hermanas, su
profunda humildad, su amable sencillez y su rara prudencia, siempre igual a sí
misma, muy paciente y en fin, un alma escondida en Dios.” “La señora Poussepin
ha vivido, desde hace mucho tiempo, de manera ejemplar y sería de desear que
quienes la sucedan, sigan sus ejemplos.” “Está llena de caridad particularmente
para con los pobres enfermos, a quienes asiste y provee actualmente de
alimento.” “La
Venerable Madre Marie Poussepin, no menos recomendable por
sus cualidades naturales que por sus raras virtudes, atrajo a algunas jóvenes
movidas por su caridad, su abnegación, su entrega sin límites y sus otras
virtudes...”
Rasgos
característicos de toda su vida y herencia de su familia son: la inteligencia,
más práctica que especulativa, la confianza en el valor del trabajo, gran
facilidad para relacionarse con distintos ambientes, un interés muy grande por
sus semejantes y una espontaneidad natural para entrar en relación, madurez
precoz, habilidad y una tenacidad valiente para hacer frente a las
dificultades, una fortaleza de alma que jamás se dejará abatir, discernimiento
clarividente de las soluciones para el futuro, una audaz amplitud de miras, ve
grande y muy lejos, armoniosa unidad entre el ser y el obrar, de un carácter
abierto y equilibrado.
Uno de los aspectos
más notables de su espiritualidad es su carácter cristocéntrico: “Llevar
por todas partes el conocimiento de Jesucristo y de sus misterios, e inflamar
todos los corazones, si es posible, en el amor de su Divina Majestad.” El fin
de la Comunidad
que funda es "imitar por su conducta, la vida que Nuestro Señor llevó
sobre la tierra", "Ellas no deben vivir sino para Jesucristo". Da
una importancia vital al sacramento de la Eucaristía en la vida de su Comunidad.
Un profundo sentido
comunitario, una vida al estilo de los apóstoles, apostólica y profundamente
contemplativa al servicio de sus hermanos
de cualquier clase o condición.
Una profunda espiritualidad Mariana que aprendió de su madre y del Señor cura, quien había establecido
en su iglesia la fiesta de la
Presentación de María en el Templo; Dice en sus reglamentos
para la Comunidad:
"la tomarán como Patrona y celebrarán en su honor el día de la Presentación".
Mujer de Evangelio:
No es alguien que
alimenta su propia vida con la
Palabra de Dios, sino que quiere, por medio del ejercicio de
la caridad y desde el servicio de su comunidad, asumir como su misión propia el
anuncio de esa Palabra: “Imitar la vida que Nuestro Señor llevó sobre la
tierra.” En la intuición que tiene Marie
Poussepin de fundar una comunidad vemos un largo camino de respuestas y una
paciente espera de muchos años llenos de soledad e incomprensión de algunos: “Haz
siempre lo que puedas y pide con insistencia al Señor lo que no puedas”
Ella busca
asiduamente lo que Dios le pone por delante y perfila lo que finalmente va a
ser su proyecto enmarcado comunitariamente “al estilo de Santo Domingo”, según
la orientación que recibe del P. Mespolié quien la orienta inicialmente a la
tercera Orden de Santo Domingo y que la asistió en la fundación de Sainville.
Fue su director espiritual, nunca se le ha presentado como “cofundador”, sin
embargo todos los años pasaba por Saniville y se detenía allí en un gesto de
gran afecto fraterno por la naciente fundación. De él Marie Poussepin recibe
una profunda influencia de la espiritualidad dominicana que se descubre en sus
escritos, el conocimiento de la tradiciones de la Orden que le sirvieron
definitivamente para la fundación de
“una comunidad de terciarias con fines apostólicos”.
Itinerante:
El viernes 14 de
octubre de 1695 Marie cumple 42 años en una vida que conducida por la Providencia parece ya
realizada y sin embargo es su último aniversario celebrado en familia y se
alista para el despojo completo de lo que está por venir: la llamada “segunda vocación” , deja Dourdan lugar de su
nacimiento, para establecerse en Sainville. En enero de 1696 ,deja la fábrica en manos de su hermano Claude y se
va donde el rostro de la miseria es más angustioso... al igual que Abrahám deja su tierra y va
a la que el Señor le muestra!
Misericordiosa:
En 1693, cuando
Dourdan sufre los estragos de la guerra, miseria extraordinaria con epidemias y
hambre, se da su encuentro con la Orden Dominicana y entra en la Tercera Orden Dominicana,
fervorosa y especialmente entregada a las obras de misericordia, allí hace la
síntesis de dos escuelas espirituales, la de San Vicente, la caridad y la de
Santo Domingo, la vida apostólica contemplativa en clave de misericordia.
Cuando la situación
de Dourdan mejora, ella se va a Sainville en donde el rostro de la miseria es
más angustioso "numerosas niñas sin asilo y sin socorro", una
juventud femenina sin instrucción, enfermos sin asistencia ni cuidado.
A los cuarenta
años, inspirada en las políticas de Luis XIV, con una intuición clarividente de
las necesidades, responde en la línea escolar y hospitalaria y se consagra a
esta misión. Entrega su fortuna a la fundación y no se reserva nada... Abraza
la pobreza total para responder a las exigencias de la perfecta caridad.
Después en 1783
deja claramente establecido en los reglamentos de Sainville lo que debe ser una
“hermana de la caridad”: “la caridad es la virtud que Nuestro Señor más
recomendó y que practicó El con tanto cuidado que su vida toda fue un continuo
ejercicio de ella.” Las obras de caridad de su fundación son la acogida de
huérfanas “sin asilo y sin recursos”, escuelas para las niñas, y cuidado y
asistencia a los enfermos pobres. Para conseguir estas obras las hermanas se
aplicarán en: Amor al trabajo en el que “ocuparán cuidadosamente su tiempo” y
un gran Espíritu misionero. “La caridad debe ser el
alma de la comunidad”.
Realista:
Las hermanas iban
al convento de los dominicos de Chartres para ser recibidas en la tercera Orden
cuando en 1706 estalla un conflicto
entre el Convento y el Obispo, la comunidad de Sainville no tenía nada que ver con ello, pero llegaba
a ser delicadi para ella frecuentar el Convento de Chartres sin irritar al
obispo. Marie Poussepin tomó sus distancias con el convento y se amparó cerca
del obispo obteniendo un superior eclesiástico pero era necesario recurrir a la Orden para hacerse recibir
en la profesión de terciarias, así es el Padre Mespolié quién dirigió una
petición al Maestro General Antonin Cloche, siendo aceptada la petición y
salvado durante un tiempo el proyecto dominicano.
El porvenir de la
comunidad es muy incierto, son años de prueba donde sus recursos a la autoridad
civil van fracasando, iba perdiendo apoyos (muerte del Maestro General, Antonin
Cloche, superior eclesiástico, señor Jean Gobinet, muerte del Padre Mespolié),
no hay ningún lazo estable con la orden dominicana y no es buena la relación
con el obispo de Chartres. También Marie Poussepin sufre una enfermedad
peligrosa que provoca confusión entre las hermanas, algunas se marcharon, otras
dudan, se da una gran inseguridad. Ante todas las circunstancias adversas es
una mujer que personalmente esperó contra toda esperanza, que sigue luchando,
se forja una gran confianza en la divina Providencia.
Marie Poussepin
sabe que debe velar por la estabilidad de la "Obra de la Providencia" y
que hace falta obtener su reconocimiento legal. Escribe a Obispos, abogados,
personas influyentes que pueden elevar su voz ante las autoridades, se dirige
al Rey Luis XV; insiste con claridad y firmeza, somete a juicio de quienes la
conocen la finalidad de su obra, los procedimientos que emplea, la forma de
vida de la comunidad.
Su originalidad: Sainville, novedad
dominicana
"Fundar una Comunidad de la Tercera Orden de
Santo Domingo, para utilidad de la
Parroquia, para la instrucción de la juventud y el servicio
de los pobres enfermos".
1.Vida Común:
Marie Possepin
insertó sus fundaciones en la familia dominicana donde reprodujo su propia
experiencia espiritual; su intensa vida de obras de caridad en Dourdan, había
encontrado toda su expansión en su pertenencia a la tercera Orden. Lo que
parecía muy sencillo, era una gran novedad: no era una simple fraternidad, sino
una comunidad, eran más que una asociación de terciarias que vivían juntas en
un apostolado común: era un Instituto bajo la autoridad de una superiora, que
practicaba la misma regla y estaba destinado a extenderse en múltiples
fundaciones “por siempre”. Marie Poussepin excluye firmemente la clausura y los votos públicos,
estando la comunidad comprometida en la práctica de los votos de obediencia,
pobreza y castidad. Si funda una comunidad para ejercer las obras de la misión
no puede encerrarla en la clausura.
2. Oración: “Háblale a menudo y
habla de El a menudo”
- La
continua oración del corazón importa más que la de los labios.
- Imitar
la vida que Nuestro Señor llevó sobre la tierra.
- La
oración es una conversación con Dios... es alimento del alma, luz que
ilumina las tinieblas de nuestros espíritus.
- La
oración es defensa contra las miserias y aflicciones de esta vida.
- La
oración es canal por el cual corren todas las gracias y todos los dones,
que recibimos de la liberalidad del cielo.
- Implorar
en toda ocasión, el socorro de Dios con frecuentes elevaciones de espíritu
y de corazón hacia Él
- Pídanle
con ardor y confianza que las fortifique para levantarse de nuevo y que no
permita que caigan en adelante.
- Dios
está aquí como está en todas partes, y lo encontrarán con la misma
facilidad que en casa, si allá lo buscan con la misma fidelidad.
3. Estudio:
Dotada de una gran inteligencia distinto a una “erudición intelectual”
ella sabía todo lo que una mujer de su medio y de su tiempo debía saber, pero
no se interesa en estudios especulativos; su inteligencia es práctica, busca
iluminar la acción y esto vale lo mismo para la lectura espiritual y la de la Sagrada Escritura.
Marie Poussepin escribió así para las Hermanas dedicadas al «santo
empleo» de la Educación:
«Tened mucha ternura y vigilancia respecto de
las niñas que educáis; tratad de haceros temer y amar a la vez. Sed dulces sin
debilidad, firmes sin dureza, graves sin altivez; corregid sin cólera». Reglas Generales
«Miren como uno de sus
principales deberes la instrucción y la educación de la juventud». Reg. XXVII
Hoy, estamos invitados a descubrir el corazón educador de Marie Poussepin
a través de la lectura y la práctica de sus principios pedagógicos plasmados
en:
- Pedagogía
del Amor y del Respeto
- Pedagogía
de la Corrección
- Pedagogía
de la Gravedad
y del Equilibrio
- Pedagogía
de la Igualdad
- Pedagogía
de la Interioridad
- Pedagogía
de la Firmeza
- Pedagogía
de la Ternura
- Pedagogía
de la Tolerancia
- Pedagogía
de la Vigilancia
4. Predicación:
La comunidad fundada por Marie Poussepin (1696) es la primera femenina
con fines apostólicos y su deseo de hacer parte de la familia dominicana es el
mismo de servir a la Palabra
desde el ejercicio de la caridad: “Predicadoras desde el ejercicio de la
caridad” y quienes sigan su estilo de vida también deben sentirse convocadas
por la predicación.
Armonía de un carisma original:
Siguiendo este
espíritu dominicano Marie Poussepin toma como referencia la primitiva comunidad apostólica, colocando como
objetivo la salvación de los hombres, a través de
la predicación, desde la oración y la experiencia contemplativa, el estudio
constante de la Verdad
y la vida de comunidad.
Así, destaca la importancia de "la intensidad de la contemplación en
relación directa con el anuncio de la Palabra y el servicio de la caridad, la búsqueda
de la Verdad,
en la humildad y la sencillez; la importancia de la liturgia y de la vida común.
(I.P.)
Conclusión: Todo carisma don y tarea
Este es el carisma
dominicano, Hemos hablado mucho de don, de gracia un carisma es una vocación y
eso supone una iniciativa de Dios. Por
lo que tiene de vocación significa que uno recibe una llamada de Dios y trata
de profundizar y desentrañar de qué modo vivirla y hacerla plena ¿qué nos pide
Dios?, ¿cómo vivirla?, Pero si se trata de una verdadera vocación se debe
responder con la entrega de toda la vida y para toda la vida. Y esto se aplica no sólo a los frailes, a las
religiosas, sino también a los laicos.
Esto supone descubrir lo dominicano como integridad, que va más allá de
tantas Tentaciones que sufrimos en nuestras pertenencias, aun en el seno de la Iglesia. Dios no quiere suma de
fragmentos, ni int@ntes de muchos clubes.
Dios quiere que descubramos nuestro modo propio de ser cristianos y que
lo vivamos plenamente, de ello depende la riqueza y la belleza de toda la Iglesia. Por eso debemos descubrir
cuál es nuestra vocación, cuál es nuestro camino de santificación y de
servicio, A la generosidad de un Dios que se da gratuitamente, hay que
responder gratuitamente. A la entrega de
un Dios que se da totalmente en Jesús, hay que responder con la totalidad de
nuestro ser.
Espero que este
acercamiento nos ayude a descubrir más el carisma dominicano y poder ver si no
es nuestro carisma. Un carisma antiguo
en la Iglesia
y que se hace totalmente nuevo en cada generación. Un carisma que no se agota en un modelo sino
que se enriquece con cada uno de los que el Señor llama a incorporarse a esta
Familia de Domingo, aportando sus dones, su originalidad, sus esperanzas.
CELEBRACION DEL 14 DE OCTUBRE 2013
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ESTAMPA DE MARIE POUSSEPIN. OBSEQUIO DE LA COMUNIDAD DE LOURDES PRESENTACIÓN A CARGO DE H MARÍA HELENA NICHOLLS SOBRE LA VIDA DE MARIE POUSSEPIN |
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EUCARISTÍA EN EL COLEGIO DE NUESTRA SEÑORA DE LOURDES |
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INVITADAS AL ALMUERZO CON LAS HERMANAS DE LAS COMUNIDADES LOCALES |
ASPECTOS DE LA CELBRACIÓN DE LA FIESTA DE MARIE POUSSEPIN 2017
COLEGIO SAN MIGUEL DEL ROSARIO