sábado, 21 de mayo de 2016

CELEBRACIÓN DEL DÍA DE SANTO DOMINGO EN BARRANQUILLA 2015 JORNADA DOMINICANA EN BOGOTA CON MAESTRO DE LA ORDEN. CELEBRACION JUBILEO 800 AÑOS DE LA ORDEN. ENERO 30 2016



CELEBRACIÓN DEL DÍA DE SANTO DOMINGO BARRANQUILLA 8 DE AGOSTO 2015




 
A SANTO DOMINGO DE GUZMÁN



 Por



En Caleruega (Burgos), en Castilla,
el siglo doce vio tu aparición,
el amor de tu limpio corazón,
eras de Dios la celestial semilla,
un dechado de humana abnegación
y a la iglesia divina aportación.

Una antorcha encendida entre tus labios,
una estrella brillando en tu cabeza,
la pila bautismal de realeza,
son signos celestiales, claros, sabios.
Domingo fue tu nombre, con certeza
“consagrado al Señor” por tu pureza

Naciste en cuna noble, con fortuna,
tu familia fue luz  espiritual,
aprendiste a ser justo, a ser leal,
ayudaste en el tiempo de la hambruna
ofrendándote esclavo universal
y luchaste en el mundo contra el mal.

Estudiaste latín, teología,
y otras ciencias formaron tu bagaje,
preparaste a conciencia tu equipaje
para ser vencedor de la herejía.
Te diste a la misión con gran coraje
y es tu árbol muy pródigo en ramaje.

El triunfo no te hirió con la soberbia,
tu humildad rechazó cargos, honores.
Esclavo del Señor de los señores
jamás venció en tu vida la protervia.
Sacerdote de místicos ardores,
la tierra se asombró de tus fulgores.

Un viaje te llevó a una nueva empresa,
al ver tantas ovejas descarriadas,
y posaste amoroso tus miradas
en ofrecerles luz de la Promesa.
Reuniste personas consagradas
y fundaste divinas alboradas.

La Virgen te mostró el Santo Rosario,
te encomendó su rezo difundieras
y arriaste con sus cuentas las banderas
enemigas del Hijo y su Sagrario.
Alegre te donaste sin fronteras
y en la fe enardeciste las hogueras.

Tu día era trabajo, apostolado,
tu noche era vigilia y oración.
tu alimento frugal y tu ilusión
servir a los deseos del Amado,
compartir la Cuaresma, la Pasión,  
en la caritativa Redención.

Alcanzaste la meta en tu andadura
y dejaste la huella de tu ciencia,
de tu amor a los pobres, tu paciencia,
tus milagros. Tu vuelo abrió la Altura.
Los dominicos son tu rica herencia
y en la Orden permanece tu presencia.



EL DIA DE SANTO DOMINGO, 8 DE AGOSTO DE 2015, ALGUNOS  MIEMBROS, DE NUESTRA FRATERNIDAD DE LAICOS DOMINICOS DE LA PRESENTACIÓN, TUVIMOS LA AGRADABLE EXPERIENCIA, DE CELEBRAR LA FIESTA CON LOS FRAILES DOMINICOS, QUE ESTÁN EN EL COLEGIO SAN ALBERTO MAGNO, EN EL BARRIO SAN LUIS BELTRÁN DE BARRANQUILLA. 

FUE UN EXPERIENCIA DE FE, ORACIÓN, PREDICACIÓN, COMUNIÓN, CLAVES DE LA ESPIRITUALIDAD DOMINICANA. EMPEZAMOS CON UNA CONFERENCIA A CARGO DEL MÁS JOVEN DE LA CASA, PERO QUE NOS CUESTIONÓ MUCHÍSIMO; ESTUVO DIRIGIDA ESPECIALMENTE A LOS LAICOS DE LA ORDEN DOMINICANA!!! QUÉ HACEMOS PARA VIVIRLA EN LOS MOMENTOS ACTUALES Y COMO SIEMPRE, ESTAMOS LEJOS!!, PERO CON DESEOS DE TRANSFORMACIÓN Y DE CONOCER UN POCO MÁS ACERCA DEL TEMA. SE PUSO DE MANIFIESTO, LA NECESIDAD DEL ESTUDIO Y EL SUPERIOR, LANZÓ LA IDEA DE HACER UN SEMINARIO SOBRE DOMINICANISMO. OJALÁ PUEDA HACERSE POR ACÁ MÁS CERCA, CON H MARÍA HELENA, JORNADA DE UN DÍA O DOS....

DESPUÉS DE LA CONFERENCIA, TUVIMOS LA EUCARISTÍA, CONCLEBRADA POR LOS 5 FRAILES, UNO DE ELLOS MAYOR CON 42 AÑOS DE ESTAR POR ESTAS TIERRAS Y LIMITADO DE SALUD FÍSICA, PERO NO DE MENTE, UNO MENOR, RECIÉN ORDENADO Y QUIEN HIZO LA CONFERENCIA Y CUESTIONAMIENTOS ACERCA DE NUESTRA VIVENCIA COMO LAICOS COMPROMETIDOS CON LA IGLESIA Y CON LA ORDEN. ENTRE ESTOS EXTREMOS DEL CONTINUO, SE SITÚAN OTROS TRES FRAILES: EL SUPERIOR, EL PÁRROCO DE SAN LUIS BELTRÁN Y OTRO MÁS.












LA ACOGIDA FUE MUY CÁLIDA, PRECISAMENTE PORQUE DEFIENDEN LA COMÚN UNIÓN DE LOS MIEMBROS QUE PROFESAMOS EL MISMO CARISMA. SOMOS FAMILIA!! A VECES NO NOS SENTIMOS COMUNIDAD Y NO VIVIMOS EN COMUNIDAD PROYECTOS COMUNITARIOS... Y ESTA ES UNA DE LAS CLAVES DEL DOMINICANISMO. DESPUÉS NOS BRINDARON UN ALMUERZO. TUVIMOS LA COMPAÑÍA DE ALGUNAS DE LAS HERMANAS DE LA PRESENTACIÓN DE LAS TRES CASAS LOCALES, LAS DE SANTA MARTA Y QUÉ SORPRESA UNA COMUNIDAD DE LAICOS DOMINICOS QUE TRABAJAN EN LA PARROQUIA. QUEDAMOS CON EL COMPROMISO DE RELACIONARNOS CON TODA ESTA FAMILIA DOMINICANA. SENTIMOS QUE CRECIMOS.... NO FUE EN VANO ESTA VARIACIÓN EN LA RUTINA DIARIA, ESTE DESACOMODARNOS.... SALIMOS FORTALECIDAS Y CON DESEOS DE REFLEXIONAR Y MEJORAR!!! HAY QUE VOLVER A LAS FUENTES DEL CARISMA PARA CONTEXTUALIZARLAS EN EL HOY, EN EL AQUÍ Y AHORA...





JORNADA DOMINICANA EN BOGOTA CON MAESTRO DE LA ORDEN. CELEBRACION JUBILEO 800 AÑOS DE LA ORDEN. ENERO 30  2016


El 30 de enero de 2016, SOFÍA ISABEL TORRES ALGARÍN FUE DESIGNADA POR LA SUPERIORA PROVINCIAL Y LA COMUNIDAD PROVINCIAL, para representar a la FRATERNIDAD DE LAICOS DOMINICOS DE LA PRESENTACIÓN en la JORNADA DOMINICANA EN BOGOTA CON MAESTRO DE LA ORDEN. CELEBRACION JUBILEO 800 AÑOS DE LA ORDEN.

SOFY se reunió con en el grupo que viajó de Medellín, H Angela María Vélez y su Consejo, Isabel González Presidenta de la Fraternidad de Laicos Medellín y asistieron el 30 de enero al Convento de los Dominicos para participar en la programación estipulada para esta celebración, especialmente a la EUCARÍSTIA presidida por el Maestro de la orden Bruno Cadoré. También estuvieron presentes grupos de laicos y comunidades dominicas de todo el país.



































                               

                 Apertura Solemne del Jubileo Dominicano



OCTINGENTÉSIMO JUBILEO DE LA CONFIRMACIÓN DE LA ORDEN

                  Enviados a Predicar el Evangelio
Nuestro Jubileo nos invita a volver a los orígenes de la Orden
para recordar el momento fundacional, en el que santo Domingo
envió a nuestros primeros hermanos fuera de su casa, de su familia,
de su nación, para que descubrieran el gozo y la libertad de la itinerancia.
ACP Togir, 40
Prot. 50/15/680 Jubilee_2016







Queridos hermanos y hermanas:

Escribo esta carta para anunciar con inmensa alegría la apertura y la programación del Jubileo de los Ochocientos años de la confirmación de la Orden de Predicadores, que celebraremos a partir del 7 de noviembre próximo hasta el 21 de enero de 2017 (cf. ACGTrogir 58, 3). En feliz coincidencia se inscribe la celebración de los 800 años de la confirmación de nuestra Orden con el Jubileo extraordinario de la Misericordia que acaba de proclamar el Papa Francisco.


Predicadores de la misericordia
La grata coincidencia de estos dos Jubileos tan entrañables a nuestra historia, vida y misión dominicanas se constituyen para nosotros en un llamado especial a renovar nuestro ministerio de la Palabra, al que nos conduce la celebración de nuestro octingentésimo aniversario, en torno a la misión específica de la Iglesia: «anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona» .

El capítulo general de Trogir estableció como lema para el año del Jubileo de la Orden “Enviados a predicar el Evangelio” (ACG Trogir 2013, 50) y nos invita a reflexionar sobre las siguientes preguntas: ¿Por quién somos enviados? ¿A quién somos enviados? ¿Con quién? ¿Qué llevamos con nosotros al ser enviados? El mismo capítulo ha dado también respuesta a esta última pregunta: somos enviados a predicar la buena nueva de la resurrección de Cristo. Creemos que su Resurrección es la revelación definitiva del amor del Padre por Jesús y por el mundo. La resurrección de Cristo es la revelación más clara de “la misericordia de Dios por los pobres pecadores”. Predicar la resurrección consiste en predicar el nuevo camino de amistad con Dios. Esta es la gracia de la cual fue predicador ejemplar santo Domingo, “predicador de la gracia”. Podemos así unir la feliz coincidencia de nuestro año jubilar con el Jubileo de la Iglesia –los predicadores del Evangelio son predicadores de la gracia, y los predicadores de la gracia son predicadores de la misericordia de Dios.

En la Bula de indicción del Jubileo extraordinario de la misericordia el Papa Francisco manifiesta su intención de enviar misioneros de la misericordia durante la cuaresma del año santo 2016. Los frailes y hermanas de la Orden nos sentimos particularmente interpelados por este llamado, puesto que desde el día mismo en que ingresamos a la Orden y antes de hacer nuestra profesión religiosa pedimos «la misericordia de Dios y de los hermanos». En su caminar de vida evangélica Domingo buscó continuamente testimoniar a Jesús, presencia de la misericordia de Dios entre nosotros, por eso su vida de predicador fue su camino de santidad: desde el generoso gesto de misericordia cuando decide vender sus libros para «no estudiar sobre pieles muertas mientras haya hombres que mueren de hambre», hasta la convicción de que la evangelización de la Palabra de Dios debe hacerse por medio del testimonio de la caridad de la verdad.
La apertura solemne del Jubileo de la Orden tendrá lugar el 7 de noviembre en cada comunidad de la Orden. Desde la curia general de Santa Sabina daremos también solemne apertura al octingentésimo aniversario de la confirmación de la Orden con la celebración de la eucaristía en la fiesta de todos los Santos de la Orden. Invito a todas las Provincias, Viceprovincias, comunidades, entidades, congregaciones, fraternidades y demás instituciones dominicanas a celebrar este día en comunidad como signo de comunión fraterna en la confirmación de la Orden que debemos hacer nosotros ahora.
Durante el año jubilar de la Orden tendremos varios eventos a nivel internacional, cuyo calendario anexo a la presente, con el propósito de promover la participación de toda la familia dominicana en estos importantes encuentros internacionales así como en los diversos eventos locales programados por cada provincia, entidad, congregación y comunidad. De manera particular solicito a los priores provinciales que prevean la participación de los frailes en cada uno de estas actividades jubilares. Cada coordinador de evento les informará lo referente a detalles de inscripción y participación en cada actividad jubilar. 

Como “enviados a predicar el evangelio”, durante el año jubilar seguiremos el camino de la Palabra mediante la Lectio Divina “con el fin de animar y apoyar la renovación de nuestra vida dominicana por medio de una escucha atenta de la Palabra, una vida de oración y contemplación en el silencio y en el estudio” (Cf. ACG Trogir, 42 ). Con cuatro secciones: lectio, studio, meditatio y oratio, será publicada diariamente en el sitio internet del Jubileo en los tres idiomas oficiales de la Orden.
Para mayor información sobre actividades y fechas de celebración del Jubileo de la confirmación de la Orden, les invito a visitar nuestro sitio web de la Orden http://www.op.org/es/jubilee (http://www.op.org/en/jubilee - http://www.op.org/fr/jubilee).

Nuestro padre Santo Domingo quiso encomendar la Orden al patrocinio de María, Madre de misericordia; es por ello que hasta hace pocos años el aniversario de la confirmación de la Orden se celebraba el 22 de diciembre simultáneamente con la fiesta del Patrocino de María sobre toda la Orden. Que María, Madre de los Predicadores interceda por su Orden a fin que el Dios Padre de Misericordia conceda a los hijos e hijas de Domingo la gracia del Espíritu, para que puedan anunciar con su vida y palabras al mundo de hoy y de mañana la llegada de la misericordia.



Fraternalmente en nuestro padre santo Domingo,
fr. Bruno Cadoré, O.P.
Maestro de la Orden

Roma, 21 de septiembre de 2015

Calendario de Eventos Internacionales.


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Sofía Torres delegada hizo la transferencia al grupo de miembros de la FRATERNIDAD DE LAICOS DOMINICOS PRESENTACIÓN BARRANQUILLA, en la reunión del día 27 de febrero en el Colegio de Lourdes, presentandónos este resumen.



MENSAJE DEL GRAN MAESTRO Pbo BRUNO CADORÉ
Bogotá, Convento de Santo Domingo
Enero 30 de 2016

Podría tener todos los dones... repartir en limosnas todo lo que tengo... si no tengo amor, no soy nada y de nada me sirve. El apóstol expone dos contenidos principales: en primer lugar, la supremacía de la caridad sobre todas las demás virtudes y actitudes cristianas. Los corintios ambicionaban los carismas mejores y los carismas que proporcionaran a la persona mayor prestigio en la comunidad. Esos carismas proceden del Espíritu y, por lo tanto, son necesarios para la comunidad. Pero el mal uso que de ellos se hace, desvían la finalidad original. En segundo lugar, Pablo recurre a la caridad. Esta virtud central de la experiencia cristiana es el test más acabado y más seguro de la autenticidad de la presencia y actuación del Espíritu. Con ello todos los dones alcanzan su perfección y su utilidad común para los demás. Pablo recoge un elenco amplio de actuaciones ostentosas y llamativas que podrían atraer la atención de los miembros de la comunidad y convertirlos en líderes. Pero son engañosos si se pretende poseerlos y ejercitarlos al margen de la caridad. El ejercicio silencioso de esta virtud central del cristianismo es el mejor testimonio para los hombres y mujeres de ayer y de hoy (12,9-16). Y el autor de la Primera Carta de Juan, otro de los documentos más acabados que poseemos en el Nuevo Testamento sobre el amor, afirma entre otras cosas: Amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Dios nos ha manifestado el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único, para que vivamos por él. El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo para librarnos de nuestros pecados (1Jn 4,7-10)

  • Crucemos a la otra orilla
  • Fraternidad abierta a los más necesitados, a los más alejados
  • El mar representa el mal pero también el lugar que une a todos. La predicación tiene como objetivo central la liberación por la gracia de Dios.   El mar es un medio por el que Jesús invita a seguirlo, pasar a la otra orilla, pasar las inseguridades y amenazas para seguir al único que ha sido capaz de afrontar la muerte para dar vida
  •  Somos predicadores de la Gracia. Predicadores  de quien es Paz y da paz.
  •   Jesús duerme cuando las olas amenazan.  lo podemos ver como si tuviera un gesto de indiferencia, pero El duerme porque confía en el Padre.
  •  Ir a la otra orilla es tarea como familia y como familia que somos es necesario resguardar la unidad de todos
  • Como Laicos, somos una familia dichosa que encuentra la alegría en la predicación a través de nuestra propia vida.

  • Tomemos iniciativas de fraternidad, de Justicia, de paz... SOMOS PREDICADORES DE LA GRACIA DE DIOS
  


Predicación y contemplación1

Fray Albert Nolan, O.P.


  
La predicación contemplativa no es en modo alguno un fenómeno nuevo. Ha sido la manera de predicar de los profetas, los santos y los místicos a lo largo de los siglos. Y todavía hoy es la forma de predicar de todos los predicadores realmente buenos y auténticos. Ellos no la llamarían predicación «contemplativa». Éste es el adjetivo con que yo la defino. De hecho, es posible que muchos predicadores verdaderamente santos e influyentes ni siquiera califiquen su vida de oración como contemplativa.

Aún cuando, necesariamente, nos referiremos con frecuencia al predicador como aquel que está en pie ante los oyentes en una iglesia, la predicación contemplativa puede tener lugar de otras muchas formas. El profesor en el aula y el profesor en la sala de conferencias pueden dar a los oyentes los frutos de su contemplación. El autor y el periodista pueden hacer lo mismo. Los debates y diálogos en talleres y seminarios pueden ser ámbitos donde se experimenten los resultados de la oración contemplativa.

Ahora  bien,  un  lugar especialmente  privilegiado  para  esta  clase  de  comunicación  es  la  sesión  de acompañamiento. El contemplata aliis tradere («dar a los demás lo contemplado los frutos de la contemplación») puede producirse muy eficazmente dentro del contexto de la orientación o dirección espiritual. Pero también puede producirse, de formas menos evidentes, cuando los padres dan consejos a sus hijos, los amigos comparten sus intuiciones, los líderes pronuncian discursos en público y se celebran encuentros en el lugar de trabajo. Contemplar y dar a otros los frutos de nuestra contemplación es algo que todos estamos llamados a hacer en cualquier parte y siempre que podamos -a tiempo y a destiempo-. Se cuenta que san Francisco de Asís dijo a sus frailes que predicaran en todo momento y que, si era necesario, usaran palabras.

Todos hemos aguantado a malos predicadores en nuestras iglesias, no sólo a los que dicen disparates, nunca preparan la homilía y predican más o menos el mismo sermón todos los domingos, sino también a los que se limitan a criticar, condenar e imponer la ley. Por otro lado, hay un número creciente de predicadores cuyos sermones son informativos e interesantes, especialmente en su interpretación de la Escritura y de la enseñanza de la Iglesia.

La predicación contemplativa, sin embargo, hace algo más que esto, algo diferente. No se limita al lema doctrina aliis tradere, es decir, dar a otros la enseñanza de la Iglesia, sus doctrinas y dogmas. Tampoco es un mero theologia aliis tradere, esto es, transmitir a los demás la última teología o exégesis bíblica. Contemplata aliis tradere significa comunicar a otros lo que nosotros mismos hemos aprendido gracias a nuestra experiencia de fe y contemplación.

Vivimos en un mundo posmoderno. En general, la gente no busca ya doctrinas y dogmas o grandes sistemas de teología. La época de la Ilustración, con su total confianza en la lógica y la racionalidad, es cosa del pasado. La mayoría de las personas no creen ya que los seres humanos podrán superar finalmente los problemas del mundo, ni que el progreso sea inevitable. Eso fue la modernidad. La gente no cree hoy en la razón y en teorías universales, sino en la experiencia.

[…] La actitud mental posmoderna no es necesariamente un obstáculo para la predicación de la buena noticia de Jesucristo. De hecho, podría ser vista como una oportunidad sin precedentes. A menudo suscita en las personas un interés mayor por nuestra experiencia cristiana de espiritualidad, meditación, contemplación, oración, mística y paz interior.

No obstante, si la buena noticia es presentada como doctrina o theologia, no será escuchada. No porque las cosas contemplata, lo que hemos descubierto en nuestra contemplación, sean totalmente diferentes de la doctrina y la theologia, sino porque el mensaje se recibe de manera muy diferente cuando el predicador no es sólo un loro que repite las doctrinas y las leyes de la Iglesia, o la última teología expuesta en los libros, sino un varón o una mujer de oración que ha interiorizado la palabra de Dios y habla desde la experiencia y de un modo obviamente sincero.


La contemplación, hoy

Aunque originalmente se pensaba que la contemplación era la llamada dirigida a todos los cristianos, durante mucho tiempo los católicos la han visto como la vocación especial de unos pocos elegidos: monjes, monjas y ermitaños. Se pensaba que los demás estaban comprometidos en la vida activa. En algún trecho del camino, toda la tradición de la oración contemplativa se perdió o, al menos, se olvidó gravemente -incluso por parte de los monjes y las monjas-. Hoy hay un movimiento muy vigoroso en todo el cristianismo que busca el retorno a la tradición católica de contemplación y meditación. Y más importante aún es el hecho de que este movimiento ampliamente difundido incluye la recuperación de la tradición original según la cual la contemplación es para todos, y no sólo para unos pocos privilegiados. Un creciente número de laicos, así como religiosos y sacerdotes, meditan, practican la oración centrante y se dedican a la contemplación y la mística.

Este movimiento nuevo ha sido profundizado y desarrollado por los descubrimientos de la nueva cosmología y la espiritualidad emergente del movimiento ecológico. Contemplar la grandeza de Dios en las maravillas de un universo en expansión y evolución, en el que nosotros somos una parte minúscula, añade una nueva dimensión a la experiencia de asombro y temor reverencial...

Hoy, la contemplación es descrita casi siempre como una forma de conciencia o conocimiento. No consiste tanto en cambiar la realidad como en tomar conciencia de lo que está ya ahí. La contemplación es la experiencia de despertar a la realidad, es desarrollar un conocimiento creciente de lo que sucede a nuestro alrededor y dentro de nosotros y, sobre todo, es tener una conciencia más profunda de la presencia de Dios en todas las cosas.

Las personas plenamente conscientes son pocas. La mayoría están medio dormidas o viven en un mundo de mentiras y engaños. La contemplación es un intento consciente de disipar todas las ilusiones que tenemos sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre el mundo. Es una búsqueda de la verdad sobre nosotros, sobre los demás y sobre el universo del que somos parte, lo cual constituye, al mismo tiempo, una búsqueda de Dios. Bernard McGinn, el renombrado estudioso de la espiritualidad y la mística cristiana, define la mística como «la transformación de la conciencia a través de un encuentro directo con Dios».

Ser consciente es más que tener un conocimiento conceptual. Ser consciente de la presencia de Dios no es lo mismo que afirmar intelectualmente que Dios está en todas partes. Tampoco es simplemente una cuestión de sentimientos. Hemos aprendido a tomar conciencia de nuestros sentimientos y a aprender de ellos, pero la contemplación es más que esto. A veces se describe como un «no saber» o reconocer que no sabemos. Dios es el gran desconocido. Al final, tenemos que desprendernos de todo lo que pensábamos que sabíamos sobre Dios para entrar en contacto con el gran misterio, no a través de nuestros pensamientos o sentimientos, sino a través de una experiencia de asombro y temor reverencial sin palabras.

[….]


Los frutos de nuestra contemplación

Cuando decimos que predicamos nuestros contemplata, los frutos de nuestra contemplación, nos estamos  refiriendo  no  sólo  al  contenido verbal de  nuestra  predicación,  sino  también  al  mensaje  que comunicamos a través de nuestra personalidad y de lo que somos, por medio de nuestras actitudes e incluso de nuestro lenguaje corporal. Los frutos de la contemplación incluyen cualidades como la paz interior, la libertad y la valentía, el amor a los demás, la humildad auténtica, un espíritu de esperanza, gratitud y alegría, y un profundo sentido del misterio. Estos frutos de nuestra oración contemplativa caracterizan y configuran lo que yo llamo predicación contemplativa.

La lista siguiente no pretende ser exhaustiva, pero vamos a analizar con más detalle estas cualidades.

- Paz interior

Las personas, sean posmodernas o fundamentalistas, están hoy sedientas de paz interior. Entre quienes escuchan nuestra predicación se encuentran almas profundamente turbadas que anhelan un mensaje que les dé paz, una paz que el mundo no puede dar. Tales personas reconocerán rápidamente si el predicador es -o no- un varón o una mujer de profunda paz interior.

La paz interior es, entre otras cosas, el fruto de años de meditación silenciosa. Sometidos a todas las presiones y tensiones de la vida actual, nuestros corazones y nuestras cabezas llegan a estar atestados de pensamientos, planes, temores, resentimientos, deseos y conflictos. La práctica de la meditación silenciosa u oración centrante nos ayuda a calmar las tormentas de nuestro interior.


No obstante, se necesita algo más. Una persona llega a ser contemplativa cuando ha pasado mucho tiempo tratando de conocerse mejor a misma. A medida que, paulatinamente, llegamos a afrontar la verdad sobre nosotros mismos, descubrimos, entre otras cosas, que no somos libres. Estamos encadenados como esclavos a nuestras comodidades, nuestros estados de ánimo, nuestros miedos, nuestra reputación, nuestros logros y nuestros éxitos, nuestra salud, nuestro aspecto, nuestras devociones preferidas, nuestra cultura, nuestra tradición teológica y nuestros nombres para Dios. Éstos son nuestros apegos, nuestras cadenas. Decimos que los necesitamos y no podemos prescindir de ellos. No son necesariamente malos y no tenemos que renunciar forzosamente a ellos. Pero hemos de desprendernos de ellos si queremos llegar a tener paz interior.

El desprendimiento, según Eckhart, es más importante que el amor, porque sin desprendimiento no tenemos la libertad interior necesaria para amar a los demás. Juan de la Cruz lo llama vía purgativa, y es el itinerario que nos conduce, a través del largo proceso doloroso de «noches oscuras», por el camino hacia la libertad. Nuestros caminos pueden ser diferentes, pero el contemplativo sólo puede disfrutar de los frutos del desprendimiento y la libertad después de años de lucha en la oración.

Esta libertad interior es lo que hace que el predicador contemplativo sea tan audaz. Como ya no teme lo que la gente pueda pensar o decir, el predicador contemplativo es libre para decir la verdad cualesquiera que sean las consecuencias.

La valentía y la libertad interior son cualidades que asociamos con los profetas -las personas que, en todas las épocas, tienen la audacia suficiente para expresar su denuncia cuando todos los demás permanecen en silencio-. Por esa razón, la predicación contemplativa se hace profética cada vez que las circunstancias lo requieren.

En la medida en que tengamos libertad, valentía y paz interior, éstas brillarán a través de nuestra predicación. Hablarán más alto que nuestras palabras, al igual que lo hicieron de un modo tan magnífico en la predicación de Domingo, que fue descrito en una ocasión como «asombrosamente libre». ¿No fue ésta también una de las cualidades que hicieron que Jesús resultara tan atractivo para sus contemporáneos? Él no tuvo complejos, ni obsesiones ni compulsiones. Fue libre y valiente, y era de todo punto evidente que estaba en paz consigo mismo y con Dios.

Un público posmoderno apreciará sobremanera a un predicador que muestre que es libre y audaz, aún cuando los oyentes posmodernos no sean realmente libres y audaces.

- Amor a las personas

Se cuenta que el célebre dominico inglés Vincent McNabb dijo: «Si no amas a los demás, no les prediques. Predícate a ti mismo».

La oración contemplativa auténtica nos ayuda a superar nuestro egoísmo y egocentrismo haciéndonos cada vez más conscientes de la unidad de todas las cosas en Dios. Nuestros egos individualizados y separados son ilusiones. La verdad es que todos formamos una unidad; somos unos parte de otros, y parte del maravilloso universo en expansión que Dios sigue creando activamente.

Esta clase de conciencia contemplativa influye en nuestra predicación. Desde el principio sentimos una profunda simpatía y aprecio hacia las personas a quienes predicamos. Nos solidarizamos con ellas en sus luchas y su dolor. Somos capaces de perdonarlas de corazón mientras anhelamos ayudarlas a cambiar aquello que necesite ser cambiado.

En otras palabras, no empezamos odiándolas. No las maltratamos ni amenazamos. No nos limitamos a condenarlas y criticarlas. No nos mantenemos en pie como fariseos hipócritas que dan gracias a Dios por no ser como los pecadores. Las amamos y perdonamos como hizo Jesús.

Nuestros oyentes posmodernos reconocen y aprecian cuándo el amor a ellos es auténtico y espontáneo. No los engañamos ni descargamos sobre ellos nuestros sentimientos reprimidos. No tratamos de demostrarles lo cultos que somos y lo bien que podemos predicar. No buscamos elogios ni felicitaciones. No nos creemos el centro del universo. Cuidamos de ellos como cuidamos de nosotros mismos.

Desde esta posición de solicitud amorosa, el predicador es capaz de presentar, eficaz y vigorosamente, los desafíos del evangelio. Por muy exigentes y difíciles que tales desafíos puedan ser, escuchados y tomados en serio.

Nuestra oración contemplativa nos capacitará para ello, como capacitó a Domingo, Catalina y Eckhart, entre otros.


- Un espíritu lleno de esperanza

En cierto sentido, toda nuestra predicación debería ser una forma de dar razón de la esperanza que hay en nosotros (1P 3,15). Cuando no tenemos esperanza en nosotros, cuando hemos olvidado cómo confiar en Dios, y cuando el caos del mundo actual nos ha llevado a la desesperanza y el cinismo, entonces eso es lo que transmite nuestra predicación, aunque hablemos sobre la buena noticia y la esperanza en la resurrección.

No es bueno fingir que tenemos esperanza si no la tenemos. En este caso, lo único que podemos hacer es predicar desde el corazón sobre la lucha que estamos experimentando con nuestros sentimientos de desesperanza. Nuestros oyentes apreciarán nuestra honestidad, especialmente si después les infundimos ánimo a ellos y a nosotros para reemprender nuestra búsqueda de Dios en la oración.

La esperanza, como una actitud que impregna todo lo que decimos y hacemos, es uno de los frutos de la contemplación. Entre otras cosas, es el resultado de una vida que está imbuida de gratitud y agradecimiento a Dios. En la oración aprendemos a dar gracias a Dios por los innumerables dones de la vida, por la naturaleza, por el universo, por los demás, por la maravilla de la conciencia humana y por cada nuevo día. Al final, esta actitud positiva de agradecimiento profundo empieza a transformar nuestra conciencia y, poco a poco, llegamos a liberarnos de nuestro pesimismo y negatividad habituales.

[…]

- Un sentido del misterio

Todos los contemplativos tienen un profundo sentido del misterio: el misterio de-Dios, el misterio de la vida, los misterios de nuestra fe. La contemplación nos lleva a reconocer las graves limitaciones de todo conocimiento humano. Al final, descubrimos que no conocemos a Dios, y lo que pensábamos que conocíamos, de hecho, no acierta ni con mucho. Dios se vuelve totalmente misterioso, y nosotros pasamos por un proceso que se ha llamado «no saber». Es una ironía que esto nos lleve mucho más cerca de Dios. Pero ahora experimentamos la presencia de Dios en una nube o en la oscuridad - en el misterio-. Paulatinamente empezamos también a descubrir cuán misteriosos somos nosotros mismos y cuán misteriosa es toda la creación de Dios - sin mencionar a Jesús y lo que llamamos los misterios de nuestra fe-. Todo es misterio, pero esto no quiere decir que todo esté perdido. Significa que todo es una maravilla ante la cual nosotros sólo podemos sentir asombro y temor reverencial. Es posible que el asombro sea la forma más profunda de conciencia.

La predicación del contemplativo está impregnada de este vigoroso sentido del misterio y el asombro.
¡Qué diferentes serían nuestras homilías si presentaran la vida como un misterio del que se ha de disfrutar más que como una mera serie de problemas que se han de resolver!

Pero más importante es el hecho de que vivir en la presencia del misterio verdaderamente fascinante que llamamos Dios nos permite hablar sobre Dios de un modo más auténtico y desde el corazón. Hoy hay predicadores que evitan hablar sobre Dios. Ya no saben cómo hablar de Dios y, cuando lo hacen, resulta claro que Dios no es para ellos más que una idea abstracta. ¡Qué diferencia cuando el predicador habla de su propia experiencia de un misterio que ha contemplado en el asombro y la admiración durante muchos años!


1.- A. NOLAN, Esperanza en una época de desesperanza. Ed. Sal Terrae, Santander, 2010.






PRESENTACIÓN DEL LIBRO SEMILLAS Y FLORES DEL 


FRAY DOMINGO


































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